La revista Forbes recientemente publicó un artículo en el que señala que en una encuesta entre 101 family office con un activo promedio de alrededor un millardos de dólares, nueve de cada 10 consultados respondieron que estaban invirtiendo en fondos de Private Equity. Asimismo, indica que alrededor de 70% de los encuestados dijo mantener colocaciones de entre 10% y 20% del total en inversiones en Private Equity; mientras que 20% de los family office dijeron tener el 20% de su portafolio o más en Private Equity
Lo que más me llamó la atención de la investigación es que cerca de tres de cada cinco de los encuestados respondía que en los próximos dos años tenía pensando incrementar sus colocaciones en fondos de Private Equity.
Hay diversas definiciones de family office, pero podríamos decir que este término tiene que ver con la constitución de una plataforma privada que asiste a las familias de altos ingresos en cuanto a la administración, organización y mantenimiento de su patrimonio. Al mismo tiempo esta plataforma busca conseguir beneficios de escala en términos de poder de adquisición de nuevos recursos como en términos de eficiencia operacional. Muchos de estos family office se localizan Estados Unidos, Suiza y Londres.
¿Por qué ha gustado tanto en este sector el modelo de negocio de los Private Equity? Esa es la pregunta que debemos hacernos. La respuesta puede estar en el hecho de que -según la encuesta- siete de cada diez consultados señalaron que el resultado de sus inversiones en estos fondos fue superior al que solían obtener a través de sus inversiones tradicionales.
En el caso específico de España, recientemente leí en un artículo publicado por el diario económico Expansión que los grandes patrimonios familiares estaban aumentado su apetito por los también llamado fondos de capital de riesgo. Hay varias razones en el entorno que explican esta conducta.
La primera es el hecho de que la crisis financiera que azotó Europa ya está replegándose y se reactivan las inversiones. Pero también está el hecho de que las bajas tasas de interés redujeron los retornos de otras inversiones que eran consideradas más seguras; lo que ha incentivando la búsqueda de activos alternativos para diversificar la cartera y lograr mayor rentabilidad.
Un estudio llamado The Unicorn Economy: Opportunities for Spain sobre inversión semilla, determinó que las inversiones en Venture Capital o Private Equity se han disparado 300% en apenas dos años. El 27% de la inversión en Venture Capital en España procede de fondos públicos; mientras que los family office -también denominadas agencias de gestión de inversiones de pequeño tamaño- y los inversores privados financian otro 25% del total.
Es importante tomar en cuenta cuando se forma parte de un family office que la generación millenium, quizá no esté interesada en manejar los negocios como se ha hecho tradicionalmente. De allí que la visión del patriarca o la matriarca de la familia será fundamental para darle cabida a nuevas ideas que con seguridad tendrán riesgo.
En algunos casos la inversión en activos tradicionales puede funcionar pero en otros casos también puede ser positivo utilizar el Private Equity como un modelo de negocio que podría incrementar patrimonio o incluso contribuir con la labor filantrópica de la familia.
Acerca de este último punto tengo que decir que se debe ser muy cuidadoso, pues una iniciativa con excelentes intenciones para influir dentro de la sociedad puede terminar siendo un desastre financiero que podría acabar con el objetivo principal.
De allí que es fundamental que se entienda que cuando un family office decide invertir en un fondo de Private Equity debe contar con el personal adecuado. Para ello se debe ir desarrollando la experticia o fundando sociedades, con un personal altamente capacitado que al menos minimicen el riesgo de un mal paso. Una gerencia de calidad es lo único que puede garantizar un alto retorno. Esto es fundamental para esos familty office que quieren seguir existiendo a lo largo del tiempo y de generación en generación.