El Salvador sigue dando de qué hablar. A principio de noviembre cumplió dos meses el uso del Bitcoin como moneda de curso legal. Este fue el primer país del mundo en adoptar este criptoactivo y, según se ha informado, el gobierno de Nayib Bukele destinó más de 200 millones de dólares para su implementación.
Desde el comienzo, cuando aún no había entrado en vigencia su utilización formal, esta iniciativa oficial ya estaba marcada por la polémica. Había quienes aseguraban que no había sido ampliamente consultada o que no se disponía de información sobre cómo operaría como moneda de curso legal.
Sin embargo, pese a las críticas, ciertamente el uso del Bitcoin sí contribuirá al desarrollo económico de El Salvador. Con esa decisión, Bukele ha visto la oportunidad que tiene su país -con altos niveles de pobreza- de poder darle a la economía un activo que se valorice en el tiempo, pero que también sea lo que se denomina un activo de reserva.
Aunque todavía es baja la aceptación de este criptoactivo, pues el groso de los salvadoreños continúan considerando el dólar como la única moneda de curso legal, y hay quienes insisten en la necesidad de reformar la Ley Bitcoin para que su utilización sea opcional y no obligatoria, este llamado oro digital le abre las puertas al desarrollo a El Salvador.
De hecho, Bukele anunció recientemente la construcción de un hospital veterinario con las ganancias obtenidas por la compra de 1.120 bitcoins. De acuerdo con la Presidencia, el alza del valor del criptoactivo generó una ganancia de 4 millones de dólares de lo invertido por el gobierno desde inicios de septiembre.
Un análisis de la académica revista Disruptiva, citado por varios medios y agencias de noticias, indica que El Salvador habría invertido 59,72 millones de dólares en la compra de Bitcoin y estas se habrían revalorizado, al menos hasta el 28 de octubre, en 9,23 millones.
Además, se tiende a creer que el Bitcoin es un instrumento utilizado solo por las personas de dinero, pero en realidad es un mecanismo que le permite a la población de menores recursos independizarse y les provee la capacidad de mantener a su familia a través de un activo que está en constante apreciación.
Por eso es recomendable que El Salvador, a través las autoridades, insista en los beneficios de este criptoactivo para todos los estratos de la población, incluyendo la de bajos ingresos que, según se ha reseñado, descargó la billetera gubernamental, la Chivo Wallet, solo para utilizar los 30 dólares que contiene para comprar bienes y servicios y no para adentrarse al mundo del Bitcoin e invertir.
Impulsar el Bitcoin es clave. Al fin y al cabo, lo que busca esta nueva política pública de Bukele es crear un activo que irá aumentando en valor. Basta con ver la evolución de este criptoactivo. Durante la primera década de su uso lo hemos visto crecer en su sostenibilidad y, además, aprendido cómo es su comportamiento y cómo manejarlo.
En los próximos 10 años, no hay duda, seremos testigos de cómo continuará afianzándose. Es más, países con mayores problemas en sus economías podrían utilizar el Bitcoin como una vía de independencia económica para sus ciudadanos, tal como lo está procurando El Salvador.